lunes, octubre 24, 2005

Mi musa, mi puta, mi tierra



Foto: Rumania, 1975, Henry Cartier - Bresson

-Eres un mentiroso de mierda-sentenció,
con los ojos inyectados y el deseo ladrando en sus huecos,
-Puede ser- contesté, -o a lo mejor prefiero mentirte que decir una inasequible verdad, si es que tal porquería existe- afirmé, con los ojos metafóricamente vendados y el deseo vomitando en mis respectivas oquedades.
-¡Ay, pobre Boris¡, como siempre, escapas con tu miserable verbo de intelectual fracasado-
-No escapo, estoy aquí y otra cosa, mírame si vas a escupir todas esas tonterías-
-¿Escupir?, tú no mereces ni siquiera mis escupitajos, ¡maldito hablador, leguleyo, abogado!-
-¿Abogado?, pudiste mentarme la madre pero llamarme abogado... eso es demasiado, te va a costar un beso enana-
-Un beso!, ni tú puedes besar a lo que se ha ido, ¡imbécil!-
-Te beso ahora y te besaré cuando te largues-
-¿De verdad me vas a besar cuando me largué?-
-Sí-
-Ja,ja,ja,ja,ja tan iluso como siempre-
-¿Sabes?-
-Dime-
-Mi viejo dice, “cuando las haces reír ya chingaste, preocúpate si no se ríen”-
-Tu viejo es un rabo verde, un gnomo y no es más que un comino, si lo sabré yo-
Ni hablar, tienes razón. Y me repego a tu culo tibio bajo las sábanas.
Recuerdo,
¿cuántas?, ¿quiénes?, ¿dónde están?,
no me complico,
solo hay dos opciones,
musas o putas,
las primeras son ninfas podridas en mi cabeza,
me marean las cosas que hacen brotar de mis atrofiadas neuronas,
estas musas son etéreas, atemporales y fácilmente traídas a la memoria,
por lo tanto,
tan irreales, como el pensar que escribo,
vibran más mis entrañas por lo que yo creo de ellas, que por su objetiva existencia,
de tanto en tanto necesarias,
no se extrañan,
ni se recuerdan espontáneamente,
hay que traerlas de sus malolientes mazmorras,
triunfales en su permanente belleza, pero derrotadas de antemano por la misma razón,
estas damas espectrales, son de un horror maravilloso,
no lo niego,
su contacto me cambió,
me infecté de una peste asquerosa y reprobable,
la estúpida fe de que aún se puede decir algo.


De las segundas,
mis incomprendidas y candorosas putas,
¿qué puedo mencionar nuevo?,
cientos antes que yo y de manera brillante les han hablado ya,
aún sin saberlo o negándolo,
¿de donde si no vienen las tripas, la sangre y las excrecencias hormonales necesarias?
¿de donde creemos cúmulo de genios ignorados, poetas sin metro, prosistas acalambrados, que proviene todo esto?
ellas nos dan,
¡y nos dan tanto!
la cantidad mínima de realidad para hundirnos en nuestros abismos dizque creativos,
la extrema y dura realidad,
de su carne,
la tersura,
las visiones,
el brillo asesino en los ojos,
sus voces carnales,
la lengua universal,
el segundo oficio más antiguo,
el primero no tiene importancia,
el tiempo,
su espacio,
la inexorable caída de sus muslos, nalgas y pechos: conformando nuestro espejo,
Dante tuvo a Beatriz,
Alonso Quijano, tuvo a Dulcinea,
y el Quijote a María del Toboso,
Freud tuvo a su Ann,
Shakespeare tuvo a una tan maravillosa que ni la conocemos,
¡Todas putas prodigiosas!
Que los emperifollados señores ahora lo nieguen es otra cosa,
estas damas maravillosas,
sudan,
menstruan,
se tiran pedos,
chismorrean,
roban nuestro dinero,
y nuestros versos,
retiran las latas vacías de cerveza,
o se las toman,
se burlan de nosotros,
nos dejan ser,
nada, sin afectación,
no les importa nuestra incomprendida sapiencia,
no leen,
ni escriben,
ni quieren cambiar al mundo,
tienen ojeras,
y la boca les huele mal en el alba,
me han enseñado,
ante mi terco deseo de negarlo,
que aún hay algo que decir,
pero no te toca a ti, ni a mí,
es su turno.
Y yo.
Las he visto,
ir y venir,
las he adorado,
todas putas,
me han amado,
como el relámpago,
otras miserables ni a eso han llegado,
¡Ay! Tristemente, sólo en musas se han quedado.
Y tú.
Tú,
mi preferida,
casi toda,
casi completa,
la única,
has sido las dos,
para tu desgracia,
Mi Musa y Mi Puta,
muy a tu pesar,
lo sé,
eres todo lo anterior,
y supongo que algo más,
pero no me importa.
Mi tierra,
no la conozco,
imposible de vislumbrar,
como dije,
eso,
alguna de mis putas o mis musas lo sabrá.
¡Oye!, espera grandísimo cabrón, ¿y el amor?
No sé,
creo que el “amor” no existe,
definitivamente no es un sentimiento,
no os confundaís,
las hormonas, las malditas mariposas negras en el estómago,
no son “amor”,
debieron quedarse en pupas, en tus intestinos,
y debiste defecarlas a tiempo,
son vidrios rotos para hacer de faquir,
si te place,
a mí me agradan,
la furia,
lujuria,
odio,
locura,
venganza,
envidia,
soberbia,
son profundamente reales y egoístas,
no necesitan de palabras, ni pactos, ni zalamería engorrosa, ni de otros.
¡A mí no me pregunten¡, mejor,
¡Ea¡ Puta hermosa, habla con este lego.

jack Fante.

No hay comentarios.: